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Las personas transgénero suelen enfrentarse a más dificultades que las personas gays o lesbianas por varias razones estructurales, sociales y culturales. Aquí algunos de los factores principales:
1. Mayor visibilidad y menos comprensión social:
Ser trans implica generalmente una transición visible (social, médica o legal), lo que llama más la atención y muchas veces genera incomodidad o rechazo en una sociedad que todavía funciona bajo normas rígidas de género. En cambio, la orientación sexual puede pasar desapercibida si la persona lo desea.
2. Estigma y desconocimiento:
Aunque ha habido avances en la aceptación de la homosexualidad, muchas personas aún no entienden qué significa ser trans. Hay mitos, desinformación y prejuicios muy arraigados que generan más discriminación.
3. Violencia y transfobia:
Las personas trans enfrentan tasas mucho más altas de violencia física, sexual y verbal, incluso dentro del mismo colectivo LGBT+. Los crímenes de odio contra personas trans, especialmente mujeres trans y personas trans racializadas, son alarmantemente altos.
4. Barreras institucionales y legales:
Cambiar el nombre o marcador de género en documentos legales puede ser un proceso complejo, largo o incluso imposible en algunos países. Además, el acceso a servicios de salud transafirmativos es limitado, costoso o estigmatizado.
5. Rechazo familiar y social extremo:
Aunque todas las personas LGBT+ pueden sufrir rechazo, las personas trans suelen ser expulsadas de sus hogares a edades más tempranas, lo que lleva a mayores tasas de deserción escolar, desempleo, pobreza y trabajo sexual como única alternativa de subsistencia.
6. Discriminación médica y laboral:
Muchos médicos no están capacitados para atender a personas trans, lo que genera negligencias o tratos humillantes. En el trabajo, la discriminación es brutal: muchas personas trans no pueden acceder a empleo formal simplemente por su identidad de género.
En resumen, la raíz está en que ser trans no solo desafía normas sexuales, sino también normas de género profundamente arraigadas en la cultura. Por eso, aunque todos los sectores LGBT+ enfrentan discriminación, las personas trans viven una intersección más dura de violencias.
En Chile, el acompañamiento médico a personas trans en el sistema público de salud ha mejorado en los últimos años, pero aún enfrenta desafíos. Aquí te explico lo principal que actualmente ofrece el sistema, especialmente a través del GES (Garantías Explícitas en Salud) y de algunos programas específicos:
1. Vía GES: Disforia de Género en Adolescentes (desde 2022)
El AUGE/GES incluye la “disforia de género en adolescentes de 14 a 17 años”, lo que garantiza ciertas prestaciones médicas en el sistema público. Esto incluye:
• Evaluación psicológica y psiquiátrica.
• Apoyo psicosocial y acompañamiento.
• Posibilidad de terapia hormonal con autorización de los padres o tutores y equipo médico.
Sin embargo, esto solo aplica a adolescentes, no a adultos, lo cual deja a muchas personas fuera.
2. Protocolos de atención de personas trans (MINSAL)
El Ministerio de Salud tiene desde 2017 un “Protocolo de atención para personas trans en salud”, que busca asegurar un trato digno, respetando nombre social, identidad de género y evitando prácticas discriminatorias. Este protocolo aplica a todos los niveles de atención, pero su cumplimiento varía según el centro de salud.
3. Atención de salud transafirmativa (no garantizada universalmente)
En algunos hospitales públicos (como el Hospital Sótero del Río, Hospital San Borja Arriarán y Hospital de La Serena), existen unidades de atención trans, que ofrecen:
• Evaluaciones psicológicas y psiquiátricas.
• Terapia hormonal (TRH).
• Exámenes de control y seguimiento.
• A veces, cirugías de reafirmación de género (muy limitadas).
Pero este tipo de atención no está disponible en todo el país y muchas veces hay listas de espera largas o faltan profesionales capacitados.
4. Nombre social y ficha clínica
El sistema público debe respetar el nombre social en la ficha clínica, independiente de que el nombre legal aún no haya sido cambiado. Esto está respaldado por circulares del MINSAL.
5. Cirugías de reafirmación de género
Estas no están incluidas en el GES y dependen del hospital, la región y la disponibilidad de especialistas. En general, son escasas y difíciles de acceder. Muchas personas deben recurrir a la salud privada o buscar opciones fuera del país.
En resumen:
El sistema público chileno ha avanzado, especialmente con la inclusión de la disforia en adolescentes como problema GES y con los protocolos del MINSAL, pero:
• La atención sigue siendo desigual y centralizada.
• Falta capacitación del personal médico.
• Adultos trans quedan más desprotegidos.
• No hay cobertura universal para cirugías ni para toda la TRH.